Santa Marta

El colectivo te deja en un sector donde se puede acudir a cualquier transporte pero el más económico es siempre el bus público, que nos dejó en "centro playa". Es la zona más recomendable para alojarse.

Los hostels rondan los COP 30.000 y son todos excelentes. El único más económico está alrededor de COP 20.000. Nosotros nos hospedamos en Coco Bahía Hostal y fue uno de los mejores porque teníamos privacidad, pileta, internet, cocina y todas las comodidades en un ambiente súper confortable. Más que recomendado. Además están con continuas refacciones y expandiéndose.

Comida

En Santa Marta fuimos felices con una hamburguesa. Una noche caminando por la costanera, nos encontramos un puesto callejero que nos ofrecía a COP 3.000 una super hamburguesa que saboreamos como agua en el desierto.

Pero también quedará en nuestro recuerdo esa noche en la que cenamos salchipapas y panchos, "escabiando" una cerveza en una esquina cualquiera. Nos sentimos en casa.
De todos modos, siempre está la opción de cenar en algún restaurante, con ofertas en cocteles y cervezas.
Noche

La mayoría tienen "cover" pero si ingresás temprano, suelen dejarte entrar. El problema es determinar cuál se pondrá mejor una vez que llegue la gente.

De todos modos, siempre tienen promociones en bebidas y, sino, se puede comprar unas cervezas en el "Estanco al parco", que es un kiosco a metros de la plaza principal, donde un italiano las vende a precio racional.

Claro que tomarse unas cervezas en la plaza, no está nada mal y se hacen buenos amigos.

Puntos de interés

La visita obligada es al Parque Tayrona. No sólo es un Parque Nacional, sino también por su importancia a nivel mundial. Es uno de los más conocidos y vale la intensa caminata que debe enfrentarse para llegar a increìbles playas en un contexto totalmente natural.

El ingreso es de casi COP 50.000 y se puede acampar dentro del parque, alquilar carpas, hamacas o alguna habitación, a mayor costo.

Algunos se aventuran y siguen recorriendo más allá de Cabo San Julián (zona de hospedaje) para llegar al "Pueblito" donde habitan nativos. No pudimos hacerlo debido al escaso tiempo con el que contábamos pero aseguran que vale la pena la caminata.

Taganga es otra de las playas que hay que conocer. No conozco persona que no haya quedado encantado con esa ciudad. Y es que conjuga el poder de la naturaleza, con la simpleza de sus playas y la vegetación. Taganga es mágica y hay que conocerla para descubrirla, para recorrerla, escalar y sorprenderse con cada paso.

La noche no falla. Las rumbas son moneda corriente y la marihuana es la dueña de un mìtico pueblo elegido por los turistas. Se llega con un autobus público, que sólo cuesta la tarifa única.

A minutos de Santa Marta también se encuentra Minca. Una ciudad totalmente distinta. Selva, río. Naturaleza también pero invita más a la aventura. Hay un circuito para recorrer de 6 horas a pie o se pueden tomar unas motos por COP 7.000.

Desde Santa Marta se puede tomar un transporte que sale constantemente por COP 8.000. A la vuelta un señor me ofreció llevarme en su camión y comprobé que es muy fácil hacer "dedo" o autostop en esa zona.

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