DOLOR


Foto: Germán Alt


Duele pensarlo. Y cuesta creerlo.  


Duele escuchar, leer y hasta mirar. 


Duele la desilusión, las conjeturas y los interrogantes.


Ese puntazo en el pecho. Esa puñalada a la pasión.


 Duele la desconfianza. El trato entre colegas y las declaraciones.


Cuando el saber duele, duele.   


Y, sobre todo, duele ver algunos leñadores que aprovechan el árbol caído. 

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